Viajando en moto por el Pirineo Navarro

Descubriendo los encantos de Roncesvalles, Brunete y más

VIAJES

Miguel A.

3/4/20246 min leer

Primera etapa: Roncesvalles - Burguete

La primera etapa de mi viaje en moto por el Pirineo navarro fue desde Roncesvalles hasta Burguete, un trayecto de unos 80 km que me llevó unas dos horas y media. Roncesvalles es un pueblo famoso por ser el punto de partida del Camino de Santiago francés, y por la batalla que tuvo lugar allí en el año 778, en la que los vascones derrotaron al ejército de Carlomagno. Es un lugar cargado de historia y de espiritualidad, que merece la pena visitar.

Desde Roncesvalles tomé la carretera NA-140, que atraviesa el valle de Erro, un paisaje verde y montañoso, salpicado de pequeños pueblos como Espinal, Viscarret o Linzoáin. La carretera es estrecha y con muchas curvas, pero también muy divertida y con buenas vistas. Hay que tener cuidado con el tráfico, especialmente con los peregrinos que caminan por el arcén.

Al llegar a Brunete, me encontré con un pueblo tranquilo y acogedor, con casas de piedra y tejados rojos, que conserva su aspecto medieval. Brunete es conocido por su iglesia de Santa María, una joya del románico, y por su puente sobre el río Irati, que data del siglo XIII. También es un buen lugar para hacer una parada y degustar la gastronomía navarra, basada en productos locales como el queso, el cordero, las verduras o el vino.

Segunda etapa: Brunete - Col d’Arnosteguy

La segunda etapa de mi viaje en moto por el Pirineo navarro fue desde Brunete hasta el Col d’Arnosteguy, un puerto de montaña que marca la frontera entre España y Francia, a unos 1.300 metros de altitud. El trayecto fue de unos 60 km y me llevó unas dos horas. Fue una de las etapas más bonitas y emocionantes del viaje, ya que pude disfrutar de la naturaleza en estado puro, de la sensación de libertad y de la adrenalina de subir y bajar por las curvas de la montaña.

Desde Brunete tomé la carretera NA-135, que sigue el curso del río Irati, uno de los más caudalosos y limpios de Europa. El río Irati forma parte de la reserva natural de la selva de Irati, el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra de Alemania. La selva de Irati es un lugar mágico y misterioso, donde se respira paz y armonía, y donde se pueden ver animales como ciervos, jabalíes, zorros o águilas. Es un paraíso para los amantes de la naturaleza y de las motos, ya que la carretera es una delicia, con curvas suaves y asfalto en buen estado.

Al llegar al Col d’Arnosteguy, me encontré con un paisaje impresionante, con vistas panorámicas de los Pirineos, tanto del lado español como del francés. El Col d’Arnosteguy es un lugar histórico, ya que fue escenario de batallas durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil. También es un lugar simbólico, ya que representa la unión entre dos países, dos culturas y dos lenguas, el español y el francés. Es un lugar ideal para hacer una foto, respirar el aire puro y sentirse orgulloso de haber llegado hasta allí.

Tercera etapa: Col d’Arnosteguy - Zugarramurdi

La tercera etapa de mi viaje en moto por el Pirineo navarro fue desde el Col d’Arnosteguy hasta Zugarramurdi, un pueblo famoso por sus cuevas y por su historia relacionada con la brujería. El trayecto fue de unos 40 km y me llevó una hora y media. Fue una etapa muy variada y entretenida, ya que pude conocer diferentes aspectos de la cultura y la tradición del País Vasco francés, también llamado Iparralde.

Desde el Col d’Arnosteguy bajé por la carretera D-19, que discurre por el valle de Baigorri, un valle verde y fértil, donde se cultiva el pimiento de Espelette, un ingrediente típico de la gastronomía vasca. La carretera es muy bonita y con buenas vistas, pero también muy estrecha y con mucho tráfico, por lo que hay que ir con precaución. Pasé por pueblos como Saint-Étienne-de-Baïgorry, Saint-Jean-Pied-de-Port o Urdax, que tienen un encanto especial, con sus casas blancas y rojas, sus iglesias, sus puentes y sus murallas.

Al llegar a Zugarramurdi, me encontré con un pueblo pequeño y tranquilo, pero con mucha personalidad y mucha historia. Zugarramurdi es conocido por sus cuevas, donde se dice que se reunían las brujas para celebrar sus aquelarres, y por el proceso inquisitorial que sufrieron en el siglo XVII, que acabó con la vida de muchas personas acusadas de brujería. Es un lugar que invita a la imaginación y a la curiosidad, y que ofrece una visita muy interesante y diferente. Se puede visitar el museo de las brujas, que explica la historia y la leyenda de Zugarramurdi, y las cuevas, que son unas grutas naturales de gran belleza, donde se puede sentir la magia y el misterio de este lugar.

Cuarta etapa: Zugarramurdi - Hondarribia

La cuarta y última etapa de mi viaje en moto por el Pirineo navarro fue desde Zugarramurdi hasta Hondarribia, una ciudad costera que se encuentra en la desembocadura del río Bidasoa, que separa España y Francia. El trayecto fue de unos 50 km y me llevó una hora. Fue una etapa muy agradable y relajante, ya que pude disfrutar del mar, del sol y de la brisa, después de haber recorrido la montaña y el bosque.

Desde Zugarramurdi tomé la carretera N-121-B, que me llevó hasta la frontera con España, donde tuve que pasar un control aduanero. La carretera es buena y con poco tráfico, y ofrece unas vistas preciosas del paisaje vasco, con sus verdes prados, sus ovejas y sus caseríos. Pasé por pueblos como Bera, Lesaka o Igantzi, que tienen un aire rural y tradicional, y que conservan su arquitectura y su cultura.

Al llegar a Hondarribia, me encontré con una ciudad llena de vida y de color, con un ambiente marinero y cosmopolita. Hondarribia es una ciudad con mucha historia, que ha sido testigo de numerosos acontecimientos y batallas, y que ha sabido conservar su patrimonio y su identidad.

Conclusión

Y así termina mi viaje en moto por el Pirineo navarro, una aventura inolvidable que me ha permitido conocer una de las zonas más bonitas y variadas de España. He recorrido unos 230 km por carreteras y paisajes espectaculares, he visitado pueblos con encanto y con mucha historia, he disfrutado de la naturaleza y de la gastronomía, y he vivido experiencias únicas y emocionantes.

Me ha encantado este viaje, porque me ha hecho sentir libre, feliz y orgulloso de ser motero. He descubierto lugares y culturas que no conocía, he aprendido cosas nuevas y he hecho amigos. También he tenido algunos contratiempos y dificultades, pero los he superado con paciencia y con humor. Ha sido un viaje que no olvidaré, y que me ha dejado con ganas de más.

¿Y a ti, qué te ha parecido mi viaje en moto por el Pirineo navarro? ¿Te ha gustado? ¿Te ha sorprendido? ¿Te ha inspirado? ¿Te animarías a hacerlo? Me encantaría saber tu opinión, así que te invito a que me dejes un comentario al final de este post, y que lo compartas con tus amigos y familiares. También puedes seguirme en mis redes sociales, donde publico más fotos y vídeos de mis viajes en moto. Y si quieres estar al día de mis próximas aventuras, suscríbete a mi blog, y recibirás un correo cada vez que publique un nuevo post.

Muchas gracias por leer mi post, por seguir mi blog, y por apoyar mi pasión por las motos. Espero que te haya gustado, y que te haya servido de inspiración y de guía para tu próxima aventura motera. Te deseo un buen día, un buen viaje, y una buena semana. ¡Nos vemos en la carretera!

Miguel Adventure.