Escapada Romántica (Parte V) ¡De Ventimiglia a Moulinet
En esta escapada romántica cruzamos de Francia a Italia sin darnos cuenta, descubriendo Ventimiglia, un pueblo medieval con un aire inquietante. Entre curvas, gravilla y paisajes alpinos, llegamos a Moulinet, un rincón de montaña que nos preparó para la próxima gran etapa: el mítico Col de Turini.
VIAJES
Aquel amanecer en Menton tenía algo especial. El desayuno del hotel nos supo mejor que nunca, quizás porque sabíamos que, en cuestión de minutos, dejaríamos atrás Francia… al menos por unas horas.
La moto rugió en cuanto giré la llave, y en apenas unos kilómetros nos encontramos ante la antigua frontera. No había controles al salir, ni una barrera, ni un agente. Solo el arco vacío que décadas atrás simbolizaba un cruce vigilado. Pero al mirar al otro lado… la historia cambiaba. Italia nos recibía con un control fronterizo abarrotado. Una interminable fila de coches esperaba, mientras agentes revisaban cada vehículo. Si no recuerdo mal, fue en plena oleada migratoria, y aquello marcaba la diferencia entre dos mundos separados por apenas unos metros de asfalto.
Sin darnos cuenta, ya estábamos en Italia. Y decidimos hacer nuestra primera parada en Ventimiglia, un pueblo costero que, pese a su luz mediterránea, parecía detenido en el tiempo. Fundado en época romana, su nombre proviene de “Albintimilium” y guarda restos arqueológicos que narran siglos de historia. Sus calles de piedra y su casco antiguo medieval respiran encanto, pero aquel día también percibimos una sensación curiosa: como si la vida allí fluyera más despacio, entre coches de los años 80 y fachadas que pedían a gritos una mano de pintura. Un contraste tan fuerte que nos intrigó… y nos hizo seguir ruta con una mezcla de fascinación y prudencia.
La montaña nos llamaba. Desde Ventimiglia tomamos la SS22, una carretera que pronto nos llevó a desviarnos hacia Olivetta San Michele, un pequeño pueblo italiano con menos de 300 habitantes, encajado en el valle del río Bevera. Sus casas de piedra parecen colgadas de la ladera, y las vistas son de postal.
Pocos minutos después, sin darnos cuenta, cruzamos de nuevo la frontera hacia Francia y llegamos a Sospel, un precioso pueblo medieval famoso por su puente viejo del siglo XIII. Sin embargo, el destino nos tenía preparada una sorpresa: la carretera que queríamos tomar estaba cerrada por un rally de coches.
Justo entonces, un accidente más adelante —un coche volcado— obligó a cortar el paso en otra dirección, y como si la suerte estuviera de nuestro lado, nos dejaron continuar. La carretera estaba impecable… hasta que dejó de estarlo. Curvas cerradas, tramos con gravilla y zonas sin asfaltar convirtieron aquel trayecto en una pequeña aventura off-road. Yo lo disfruté como un niño. Mi mujer… no tanto, jejeje.
Escapada Romántica (Parte V)
¡De Ventimiglia a Moulinet!
La ruta secreta que convierte Alpes en pura adrenalina y misterio
Nuestra siguiente parada en Moulinet, un tranquilo pueblo francés de montaña donde las casas parecen abrazar la carretera. Allí comimos algo, rodeados de silencio y aire fresco, antes de prepararnos para la próxima gran etapa: el mítico Col de Turini…
Continuará…